Cada Cosa en su Lugar...

Lolas, tatas, chachas o los pechos, el "pompis" o el trasero; no importa como se llamen. Después de cierta edad la gravedad les da un jalón.

Ana- Cuando estaba en mis veintes mis pequeños pechos me hacían sentir insegura. Ahora en mis cincuenta, doy gracias por ellos. El "pompis" ha estado especialmente susceptible a la fuerza de gravedad y ya ha bajado unos cuantos centímetros. A mi siempre me han gustado los escotes de espalda. Me gusta ponerme las franelas de cuello en "V" al revés (este es mi secreto!) Así que sabia; si quería seguir mostrando la espalda tenia que ocuparme del "pompis". Por suerte conseguí unos instructores de pilates Well + Good y ahora hago 20 minutos diarios de ejercicio para aguantarlo en su sitio.

Corina- A los 60 años, ya no puedo decir que nada esté en su lugar. Trato de mantenerme activa, pero no hago ejercicio regularmente. Me gusta caminar al aire libre o "bañarme de bosque" (la práctica japonesa de disfrutar de la naturaleza). Caminar aumenta mi resistencia física y me ayuda a aliviar el estrés. Desafortunadamente, esta práctica no ha devuelto mis "partes" a su lugar original, pero lo que he aprendido a través de los años es que independientemente de tamaño o estilo; usar la ropa interior correcta es extremadamente importante. Busco sostenes/brassieres y pantis/bragas que ajusten bien, eleven lo mas posible y no delineen mis bultos.